Una pintura especialmente sincera, silenciosa y personal. Una reiteración de la pintura, pintando la pintura, la metapintura.
Rizando el rizo, Núria Fernández realiza la pintura que titula «espacio protegido». Un espacio tan real como imaginario, una imagen surrealista donde conviven las realidades rompiendo las barreras temporales, donde se unen pasado y presente y parece que todo tiene sentido.